viernes, 26 de abril de 2013

Asedio al pasado.


Durante el siglo pasado el Hombre cometió un sinfín de hechos que condujeron a dos guerras mundiales y a un periodo de que se denominó Guerra Fría. Las circunstancias políticas que provocaron estos terribles años bélicos no parecen dislumbrarse en la actualidad pero si hay situaciones que al menos recuerdan algunos momentos de la última centuria.

Los altos índices de desempleo sufridos en Alemania durante los años veinte y treinta y la sulfuración de la sociedad agitada por sindicatos de izquierda y el partido comunista encuentran una similitud en nuestra España de hoy. Los asedios a políticos y persecuciones a los católicos por parte de la llamada sociedad civil animada por organizaciones de izquierda hacen recordar algunos momentos de aquellos tiempos en Alemania e incluso en aquella España antes de la guerra.

La falta de moral y la manipulación de medios de comunicación por grupos con intereses económicos, ideologizados en uno u otro sentido, el ambiente revolucionario, la incapacidad de la sociedad para discernir entre los intereses comunes y los individuales, el pensamiento único y la radicalización de ideas y hechos derivan en momentos de tensión entre las denominadas Españas.

Para ser consecuente, habría que señalar que la decrepitud del sistema constitucional actual, la falta de valentía del Gobierno, la abisal crisis en la que estamos sumergidos por no haber jugado bien nuestras cartas en los años de bonanza pueden aparentemente justificar el nerviosismo de la población afectada. La corrupción generalizada en todos los bandos y en casi todas las instituciones del estado, terminan por minar el sentido común y la paciencia de la población. En estos momentos de desesperación es fácil pretender desear ser guiado por una actitud de responsabilidad general de la población y en muchos casos, mal orientados por radicales antisistemas que, como ayer mismo, pretendieron con aviso previo tomar el Congreso de los Diputados violentamente para en una reacción de falsa actuación democrática, golpear en la base del sistema político español.

No creo que entre la sociedad actual, la radicalizada ya sea por motivos políticos-ideológicos o la desesperada por el paro y la postración de la clase gobernante, pudiera emerger un personaje tal como en Alemania ocurriese durante el siglo pasado. Afortunadamente no. Es más, al margen de las movilizaciones legales o ilegales sobrevenidas en los últimos tiempos por las distintas plataformas -15M y otras- el individuo sigue esperando que sea el estado y los mismos políticos que desde los ayuntamientos, gobiernos regionales o central, sea los valedores para salir de la situación actual. De momento no veo la luz del tunel. Si alguien la ve que me lo explique.

1 comentario:

Ludovica dijo...

Con todos mis respetos, Mario, creo que si pretendemos que los políticos que hay nos saquen del agujero, estamos aviados. Al final, como ha ocurrido otras veces, será la sociedad la que se salve a sí misma.