lunes, 4 de marzo de 2013

La noche de la infamia.


En la noche del 9 de noviembre de 1938 hubo un estallido de violencia contra los judíos en todo el Reich. Parecía imprevisto, provocado por la furia de los alemanes por el asesinato de un funcionario alemán en París en manos de un adolescente judío. Pero en realidad, el ministro de propaganda alemán Joseph Goebbels y otros nazis habían organizado cuidadosamente los pogroms. En dos días, más de 250 sinagogas fueron quemadas, más de 7.000 comercios de judíos fueron destrozados y saqueados, docenas de judíos fueron asesinados, y cementerios, hospitales, escuelas y hogares judíos fueron saqueados mientras la policía y las brigadas de bomberos se mantenían al margen. Los pogroms se conocieron como Kristallnacht, la "Noche de los cristales rotos", por los cristales destrozados de los escaparates de las tiendas que llenaron las calles.
La mañana posterior a los pogromos, 30.000 judíos alemanes fueron arrestados por el "delito" de ser judíos y fueron enviados a campos de concentración, donde cientos de ellos murieron. Algunas mujeres judías también fueron arrestadas y llevadas a cárceles locales. Se prohibió que los negocios propiedad de judíos reabrieran a menos que fueran administrados por no judíos. A los judíos se les impusieron toques de queda, que limitaban las horas del día en que podían salir de sus casas.
Después de la "Noche de los cristales rotos", la vida fue todavía más difícil para los niños y adolescentes judíos alemanes y austríacos. Los menores, que ya tenían prohibido entrar a museos, parques públicos y piscinas de natación, ahora eran expulsados de las escuelas públicas. Los jóvenes judíos, al igual que sus padres, fueron totalmente segregados en Alemania. En la desesperación, muchos adultos judíos se suicidaron. La mayoría de las familias trataba angustiosamente de irse.

Fechas claves

28 DE OCTUBRE DE 1938
ALEMANIA EXPULSA A LOS JUDÍOS POLACOS

Cerca de 17.000 judíos polacos son expulsados por Alemania y forzados a cruzar la frontera con Polonia. Polonia se niega a dejar que los judíos entren. La mayoría de los deportados quedan varados en tierra de nadie entre Alemania y Polonia cerca de la ciudad de Zbaszyn. Entre los deportados se encuentran los padres de Herschel Grynszpan, un judío polaco de 17 años que vive en París, Francia.
7 DE NOVIEMBRE DE 1938
UN DIPLOMÁTICO ALEMÁN RECIBE UN DISPARO EN PARÍS

Herschel Grynszpan, un judío polaco de 17 años que vive en París, le dispara a Ernst vom Rath, un diplomático adjunto de la embajada alemana en París. Aparentemente, Grynszpan actúa por desesperación ante la suerte de sus padres, que están varados con otros judíos polacos deportados en tierra de nadie entre Alemania y Polonia. Los nazis usan el hecho para avivar el fervor antisemita, diciendo que Grynszpan no actuó por su cuenta, sino que lo hizo como parte de una conspiración judía más amplia contra Alemania. Vom Rath muere dos días más tarde.
9 DE NOVIEMBRE DE 1938
JOSEPH GOEBBELS EXIGE UNA ACCIÓN RADICAL

El ministro de propaganda alemán Joseph Goebbels pronuncia un vehemente discurso antisemita ante los fieles miembros del partido nazi en Munich, que están reunidos para conmemorar el aniversario del infructuoso Putsch de la cervecería de 1923 (el primer intento de Adolf Hitler de tomar el poder). Después del discurso, los funcionarios nazis les ordenan a las tropas de asalto (SA) y a otras formaciones del partido que ataquen a los judíos y destruyan sus hogares, sus comercios y sus centros de culto. La violencia contra los judíos dura hasta las horas de la mañana del 10 de noviembre y se conoce como Kristallnacht: la "Noche de los cristales rotos". Varias docenas de judíos pierden la vida y decenas de miles son arrestados y enviados a campos de concentración.
12 DE NOVIEMBRE DE 1938
LOS NAZIS MULTAN A LA COMUNIDAD JUDÍA

El estado nazi impone una multa de mil millones de reichsmarks ($400.000.000) a la comunidad judía de Alemania. Después del pogrom, los judíos son obligados a limpiar y a hacer reparaciones. Se les prohíbe cobrar seguros por los daños. En su lugar, el estado confisca los pagos que las aseguradoras les deben a los propietarios judíos. Después del pogrom, los judíos son excluidos sistemáticamente de todas las áreas de la vida pública de Alemania.

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Fuente: Museo americano del holocausto

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