jueves, 5 de abril de 2012

Trabajadores españoles en el Tercer Reich I

Hace poco leía una información en la que se exponía la necesidad de ingenieros por parte de Alemania. Esto me hizo recordar otras épocas en las que la sociedad germana ha necesitado mano de obra proveniente de otros países. Recordemos como en los años sesenta del pasado siglo, casi un millón de españoles viajaron hasta la ordenada y aséptica Alemania para poder trabajar. Pero también durante el Tercer Reich, miles de españoles hallaron un lugar para trabajar tras una guerra civil que había destrozado un país.

Un convenio entre Madrid y Berlín creó las condiciones para que miles de conciudadanos fuesen a parar a Alemania. También fueron reclutados entre los refugiados en Francia y se alistaron voluntariamente para la misma potencia.

Aunque ya existía la posibilidad de empleo en tierras germanas a través de la Oficina de Colocación de la Central Nacional-Sindicalista (CNS), el factor que promovió definitivamente la puesta de marcha de obreros españoles en puestos alemanes fue el convenio entre ambos países firmado el 21 de agosto de 1941.


El objetivo era sustituir a los ciudadanos movilizados en el frente. Para ello se necesitaban artesanos , marineros y técnicos de navegación entre otros. España respondería satisfactoriamente debido al gran problema de paro existente.

La Comisión Interministerial para el Envío de Trabajadores a Alemania (CIPETA), fue constituida el 3 de setiembre de 1941. Era la suma de la colaboración entre los ministerios de Trabajo, Asuntos Exteriores y la CNS. Su sede central estaría en la calle Alcalá 84 de Madrid. Debian seleccionar en todas la provincias españolas a los solicitantes que iban a ser enviados a Alemania. Los criterios era flexibles en cuanto a la ideología de los remitidos e incluso se podían comprobar que algunos presos políticos eran constituyentes de las primeras remesas de obreros.

La propaganda a favor de la contratación era gestionada por la Jefatura de Prensa y Propaganda de las delegaciones sindicales de las distintas provincias, mientras que las certificaciones sanitarias eran efectuadas por personal español y alemán.

Hasta octubre de 1941, se aceptaron 4000 solicitudes provenientes de la provincias de Madrid, Sevilla y Cádiz. En cuanto firmaban el contrato de trabajo, los obreros recibían el billete de tren para su destino. Los grupos iban acompañados de un jefe de expedición, que solía ser personal de Falange Española o del sindicato vertical. Las primera expediciones salieron a partir del 24 de noviembre del 1941, siendo la provincia que más trabajadores aportó la onubense (987).

Tras su llegada a Alemania, eran alojados en campamentos y en casas alquiladas para tal menester. Los campamentos multinacionales compuestos de barracones construidos antes de la Segunda Guerra Mundial, debido a que fueron utilizados por obrero alemanes durante la ejecución de las grandes obras públicas, propias de la economía alemana de aquellos años. Lo normal es que el cocinero fuese español por su destreza gastronómica.

El organismo español en Alemania a cargo de los trabajadores era la Inspección y Tutela de los Obreros Españoles en Alemania, llamada simplemente Delegación Especial. Se encargaba de vigilar a los trabajadores y ocuparse de sus necesidades de alojamiento y alimentación. El territorio del Reich estaba dividido en 15 inspecciones. Los delegados o inspectores uno por nacionalidad, viajaban constantemente para, a través del diálogo directo con los enlaces sindicales, conocer los incidentes y problemas a resolver en cada zona.

Existía el Periódico de los Obreros Españoles en Alemania, cuya primera edición fue el 3 de mayo de 1942 siendo su director Modesto Suárez. Además, se sumó otro proyecto titulado Mensaje, que era editado por la Falange Española, extremo no confirmado. En su edición cultural del 2 de octubre, llevaba una entrevista de Eduardo Haro Tecglen con la directora de cine Leni Riefenstahl. También contenía información sobre fútbol internacional, espectáculos, etc. Abordaba temática burocrática de la vida laboral y social de los españoles y propaganda nazi dirigida a los trabajadores extranjeros. Se agradecía la ayuda de los países colaboradores con el régimen nazi y se criticaba a los judíos en general.

En mi próxima entrada abordaremos el marco contractual del trabajador español durante el Tercer Reich.

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