jueves, 1 de diciembre de 2011

La Segunda Posguerra Mundial.

La experiencia de la sangría que vivió Alemania en la posguerra no fue un caso aislado. Tras la Segunda Guerra Mundial hubo encarcelamientos, juicios y represalias -rendición de cuentas- en todo el mundo.

En 1956, la periodista Margret Boveri estimaba que después de la guerra se había detenido nada menos que a medio millón de franceses, con el resultado de 160.000 procesos.

En Bélgica, la cifra de investigaciones se elevó a 600.000, y en Holanda a 130.000. Incluso en Estados Unidos se despidió a 570 funcionarios federales, y 2.748 dimitieron durante el mandato de Truman; Eisenhower echó a otros 8.000. En Inglaterra se ahorcó a lord Haw Haw y a John Amery, y hasta 10.000 personas fueron objeto de “sospecha fundadas”.

Podemos plantearnos la pregunta de si los Aliados lograron sus objetivos. En el bando estadounidense, los más beligerantes tenían sus dudas. La Guerra Fría les demostró que no habían derrotado al enemigo -Alemania había dejado de serlo- . El enemigo actual era la Unión Soviética. Para Patton o Mark Clark la tarea estuvo mal rematada.

No ganamos la guerra -escribió Clark-. Nos detuvimos demasiado pronto. Teniamos excesivas ganas de volver a casa. Dimos la bienvenida a la paz, pero al cabo de más esfuerzos y gastos nos encontramos con que no la habíamos conquistado.

Sin embargo, Estados Unidos había triunfado en otras partes. Logró relegar a la renqueante Gran Bretaña y asumir el liderazgo del mundo occidental. Los días del Raj y del resto del Imperio británico estaban contados. La India británica se acabó antes incluso de que se firmara la Grundgesetz. Gran Bretaña se vería inducida a abandonar sus pretensiones de poder ir a la zaga de los americanos.

Es algo que ocurre tras cada conflicto bélico, la sucesión de hechos deleznables por parte de los vencedores agrava los males. La Historia, se dice, que la escriben los ganadores pero lo cierto es que siempre la verdad desnuda emerge, permitiéndonos conocer los hecho tal como ocurrieron.


3 comentarios:

Ludovica dijo...

Me horroriza pensar que la guerra pudo prolongarse para "rematar la faena". Sólo hubiera significado más sufrimiento, más dolor. Y me imagino que para no tener dos frentes al mismo tiempo, los americanos no hubieran dejado levantar cabeza a los alemanes mientras ponían firmes a los soviéticos. Pero ya no sabremos si hubiera sido así.

Humberto dijo...

No obstante, acabó la guerra mundial y se inició la fría con su multitud de "pequeños" conflictos por todo el mundo.

Un saludo a todos.

Mario Tenorio dijo...

Bueno, hay que quedarse con lo positivo y es que no pasó nada más en ese sentido que indicas, Ludo.

Humberto, daños colaterales, que dirían los analistas.

Saludos desde el sur.