viernes, 29 de abril de 2011

Las últimas horas de Hitler.

¿Foto falsa?

Ya sólo faltan horas para que llegue el 30 de abril. Una fecha que para los aficionados a la Historia del conflicto europeo es fundamental. No necesito decir que fue el día en que Hitler comprendió que su plan visionario y embaucador de todo un país se venía abajo.

Los rusos a las puertas del bunker berlines y los hechos ocurridos con el cadáver de Mussolini, le hicieron tomar esa decisión. También es cierto que ya dijo en alguna ocasión que no lo atraparían vivo y así fue, una pistola y una cápsula de cianuro hicieron el trabajo sucio.

El 30 de abril de 1945 por la mañana temprano el dictador se despidió de su personal médico y seguidamente se reunió con su ministro de armamento que le habló de varias órdenes desobedecidas. Hitler le despidió fríamente. Hizo los preparativos para su muerte, que incluía unos bidones de gasolina para quemar su cadáver y el de su recién esposa, Eva Braun cuando todo hubiera acabado. Se despidió de sus secretarias; a una de ellas Traudl Junge, le había sido dictado su testamento horas antes. Lo que sucedió posteriormente es relatado por Junge en sus memorias:

Cuando abrí la puerta de su habitación, me encontré con una escena que nunca olvidaré: a la izquierda del sofá estaba Hitler, sentado y muerto. A su lado, también muerta, Eva Braun. En la sien derecha de Hitler se podía observar una herida del tamaño de una pequeña moneda y sobre su mejilla corrían dos hilos de sangre. En la alfombra, junto al sofá, se había formado un charco de sangre del tamaño de un plato. Las paredes y el sofá también estaban salpicados con chorros de sangre. La mano derecha de Hitler descansaba sobre la rodilla, con la palma mirando hacia arriba. La mano izquierda colgaba inerte. Junto al pie derecho de Hitler, había una pistola del tipo Whalter PPK calibre 7,65 mm. Al lado del pie izquierdo, otra del mismo modelo, pero de calibre 6,35 mm. Hitler vestía su uniforme militar gris y llevaba puestas la insignia de oro del Partido, la Cruz de Hierro de Primera Clase y la medalla de los heridos de la Primera Guerra Mundial; además, llevaba puesta una camisa blanca con corbata negra, un pantalón de color negro, calcetines y zapatos negros de cuero.

Rápidamente fue transportado su cuerpo a la superficie y Martin Bormann junto con el chófer de Hitler, Erich Kempka, se encargaron de hacer lo mismo con el cadáver de Eva Braun. Depositaron los cuerpos en el cráter de un obús y fueron rociados con doscientos litros de combustible. La imagen tuvo que ser dantesca pero tranquilizadora para el futuro del mundo.

1 comentario:

Ludovica dijo...

Hace años ví en la tele un documental sobre las últimas horas de Hitler vivo y las primeras muerto. No recuerdo si hablaron de que lo quemaron a él y a Eva Braun, pero sí que los restos de ambos los escondieron para evitar que fanáticos nazis se hicieran con los cuerpos con el fin de hacer propaganda o lo que sea. Creo que decían que de ello se encargaron los rusos. Los dejaron en una parte de suelo un poco más profunda y los taparon con muuucho cemento. Luego hicieron encima un aparcamiento y el sitio exacto del "enterramiento" estaba señalado con unos cubos de basura... No sé en qué ciudad está este aparcamiento. La verdad es que todo esto me resulta un tanto onírico.